jueves, 13 de octubre de 2011

Pibones de ayer y de hoy ...


Hola, pokeros.

Voy a inaugurar una nueva sección en la que recordaré jacas televisivas que en su día soñaba con percutir sin compasión alguna.

Es una sección especialmente dedicada a los que van camino de los treinta, ya que en la mayoría de las ocasiones saldrán a la palestra jacas de finales de siglo XX y principios del XXI.
 
Voy a inaugurar la sección con Ana Carmen Sánchez. Me vino a la cabeza este jacón cuando el meapilas de Daniel Digles ganó el derecho a representar a España en la gala de Eurovisión. La susodicha tenía un papel secundario en la serie "Nada es para siempre" (al igual que Digles); pero a pesar de ello brillaba con luz propia porque era jodidamente atractiva. Más de diez años han pasado y no la he vuelto a ver en antena. Una auténtica pena ya que me ponía bastante palote. 

Desde aquí quiero hacer un llamamiento para que la puta mafia del cine español dé una oportunidad a ésta diosa. O que sirva para que pueda tener un papelito digno allende los mares, que seguro que fuera de este estercolero subvencionado que es el cine español, su labor sería más reconocida. 

La parte positiva de la serie fue que sirvió para lanzar la carrera de Vanesa Cabeza, que si bien no estaba tan potente como Ana Carmen, tenía un morbo especial. La típica tía que envía señales contradictorias, a veces parece un ángel que no ha roto un plato en su vida y otras una hija de puta con la que no te gustaría cruzarte en una noche cerrada; lo único claro es que debe follar como una ex convicta despues de 5 años en el trullo sin probar un falo venoso.

Nada más por hoy, pokeros. Me despido con en el tema principal de la serie y con un vídeo de las manifestaciones griegas. Podréis observar la diferencia entre el mariconismo del primero y la testiculina en vena del segundo (minuto tres en adelante).



Saludos cordiales

dbrunson