Un simpático médico con acento sudamericano me tapó la cara, dejando únicamente al descubierto la parte del mentón donde debía poner los puntos de sutura. "Esto le dolerá un poco, señorito dbrunson". Se equivocaba, mi cuerpo estaba sedado debido a la ingesta de una serie de sustancias que no se venden en farmacia legal. Unos diez minutos más tarde, me llevaban en coche de vuelta a casa. No creo que me olvide nunca de esa noche, aunque, si algún día la memoria me falla, los puntos de sutura me ayudarán a recordarla ...
Volvamos unas horas atrás. Me encontraba plácidamente regando las mesas e intercambiando pareceres con un regular de mis niveles. Es un chaval majo, siempre se acuerda de mi madre. La cuestión es que decidí que era suficiente y acepté la invitación de un colega para ir a tomár unos zumitos de cerveza, con la esperanza de que alguna mujerzuela ligera de cascos se ofreciera a "echarnos el pellejo patrás".
Las primeras horas no tuvieron demasiada historia. Únicamente comprobé que los copazos sientan peor cuando estás caminito de los 30 que cuando eres un cani veinteañero. Lo he dicho muchas veces pero creo que esta es la definitiva: "No volveré a beber jamás". No obstante, durante el empinamiento de codo todo fueron risas y logramos entablar conversación con unas serbias en un garito del Casco Antiguo de Zaragoza. Realmente eran presas difíciles por cómo se estaba desarrollando la noche, pero una de ellas se merecía una sesión intensiva de pagafantismo.
La cuestión es que tras bailoteos en baretos llenos de alcohólicos y yonkis, conseguimos que accedieran a "tomar la última" en casa de mi colega. Algo con mucho mérito después de frases del tipo "mira cómo la tengo para la edad que tengo" o "te quiero tanto que no sé porqué no estamos follando". Nuestras conversaciones sobre El Mariscal Tito y Milosevic creo que ayudaron bastante.
El primer problema surgió cuando el gilo de mi colega se empeñó en pillar su cuatro latas todo ciego. La noche empezaba a complicarse, el primer error de muchos. Si llego a saber cómo iba a acabar todo puede que hubiera salido corriendo.
CONTINUARÁ ...
Saludos cordiales
dbrunson
La cuestión es que tras bailoteos en baretos llenos de alcohólicos y yonkis, conseguimos que accedieran a "tomar la última" en casa de mi colega. Algo con mucho mérito después de frases del tipo "mira cómo la tengo para la edad que tengo" o "te quiero tanto que no sé porqué no estamos follando". Nuestras conversaciones sobre El Mariscal Tito y Milosevic creo que ayudaron bastante.
El primer problema surgió cuando el gilo de mi colega se empeñó en pillar su cuatro latas todo ciego. La noche empezaba a complicarse, el primer error de muchos. Si llego a saber cómo iba a acabar todo puede que hubiera salido corriendo.
CONTINUARÁ ...
Saludos cordiales
dbrunson